Retratos de los de hoy que conmemoran a los de ayer
Conozcamos a algunos de las decenas de personas que nos han ayudado a ensamblar el puzzle que expondremos en el Centro Cultural Conde Duque en enero de 2020.
Un siglo entre adioses y bienvenidas
Mis tatarabuelos Celestino Garrido Vilas y Encarnacion Medraño Iglesias (Bueu) y mis

Foto hecha por Roberto Just Jaca
bisabuelos Manuel Touza Serín (Redondela) y Encarnación Garrido Medraño (Bueu) emigraron a Nueva York a principios del siglo XX. Mi abuela, Ángelina Touza Garrido, quien recién cumplió 93 años, nació en 4 Cherry St. en Manhattan. Ahí formaron parte de ese núcleo de españoles que fundarían organizaciones insignias de su comunidad, como Casa Galicia y otras. Con esto empezó una larga historia familiar de bienvenidas y despedidas a ambos lados del Atlántico que, a fecha de hoy, dura ya más de un siglo. Ahora, nosotros, sus descendientes estamos repartidos entre continentes y naciones, siempre con un sentimiento de arraigo hacia dos sitios a la vez, navegando por, y fusionando, mundos y culturas para formar quienes somos – a veces sin darnos ni cuenta. Así me tienes, gallega texana, criada y de nuevo afincada, en Vigo. Gracias a esta iniciativa de “Emigrantes invisibles” por recuperar la historias de los nuestros y rescatar su voz en el tiempo.
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My great-great-grandparents Celestino Garrido Vilas and Encarnacion Medraño Iglesias (Bueu) and my great-grandparents Manuel Touza Serín (Redondela) and Encarnación Garrido Medraño (Bueu) emigrated to New York at the beginning of the 20th century. My grandmother, Angelina Touza Garrido, who just turned 93, was born at 4 Cherry St. in Manhattan. There they formed part of that nucleus of Spaniards who would found flagship organizations for their community, such as Casa Galicia and others. With this began a long family history of welcomes and farewells on both sides of the Atlantic. Today, it spans more than a century. Now, we, their descendants, are divided between continents and nations, always with a sense of belonging to two places at once, navigating and merging worlds and cultures in who we are – sometimes without even realizing it. So here you have me, a Galician Texan, reared and once again settled in Vigo. Thanks to this “Invisible Immigrants” initiative for recovering the stories of our people and rescuing their voices in time.
–Ángela-Jo Touza-Medina, Vigo
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De Peñalba de Castro (Burgos) salieron…
Mi tatarabuelo y mi bisabuelo –Apolinar y Ángel Rica– emigraron a Estados Unidos a principios del siglo XX. Salieron de un pueblo pequeño de la provincia de Burgos, Peñalba de Castro, para buscar fortuna en Nuevo México, Niágara Falls y la ciudad de Nueva York, entre otros lugares. Son de los que volvieron con una mano delante y otra detrás; quizá por eso jamás se ha hablado mucho ni en el pueblo ni en la familia de su periplo americano. Luego, investigando, he descubierto que siguieron rutas muy parecidas varios otros hombres de la comarca. Pero han sido casi invisibles. Hasta ahora.”
–Ángel Briongos, Madrid
Desde Olleros de Sabero (León)…
“Desde Olleros de Sabero en la montaña leonesa, mis bisabuelos Manuel y Genoveva se fueron a emprender una nueva vida en los EEUU. No viajaron solos sino con sus hijos, mi abuelo, que tenía tres años y su hermana, que tenía uno. Como otros vecinos suyos, mis abuelos emigrantes cambiaron las minas de carbón del Valle de Sabero por las de Arizona y New Mexico, con la esperanza de prosperar. La idea al irse la familia completa era sin duda no volver, pero la enfermedad de Manuel lo truncó todo. De América regresaron, con tres hijos más, cinco en total. Y poco más. La historia de sus vidas aún es en buena parte invisible y para mí sigue siendo necesario darles luz.” —Eva B. Sánchez, Madrid
Pues estamos en Salmoral, Salamanca…
Pues estamos en la casa de mi abuelo […] en Salmoral, Salamanca. Mi abuelo, Marcelo Nieto, vivió aquí hasta que se fue a [California], allá por 1920. Luego cuando volvió, siguió viviendo en esta casa. Salió de esta casa y volvió a esta casa.
Y bueno, mi interés fue porque no se perdiera toda esta historia. […] Yo cuando era pequeña, venia los veranos aquí y pasaba todos los veranos aquí. Yo siempre me subía arriba al sobrado que llamamos aquí, al desván, y ahí en el desván había baúles enormes y llenos de cosas de América y de ropa y de medias, de todo lo que mandaban, todavía había cosas. Y esto a mi abuela yo ya le empecé a preguntar desde pequeña por papeles que había de la asociación, fotografías, y un poco me empezó a picar ya la curiosidad desde muy pequeña. —MCN, Salamanca
De Alhama de Almería, de ida y vuelta
Nací en Alhama de Almería, un pueblecito de la baja Alpujarra almeriense. En el 1934, a mis 18 meses, emigré a Nueva York en los brazos de mi madre. Mi despertar en aquel nuevo mundo me enseñó lo que era la lucha por la supervivencia complicada por la guerra civil en la madre patria. Rodeado de emigrantes, refugiados e exiliados españoles desarrolle un profundo amor y respeto por la patria donde primero llene mis pulmones. A pesar de criarme y educarme como Americano nunca olvidé mis raíces y siempre admiré la cultura española. Gracias a un club de españoles en Brooklyn, NY llamado el Grupo Salmeron, con un desarrollo cultural admirable, llegué a confirmarme como Americano/Español. Allí conocí a Cervantes, Benito Pérez Galdos y Blasco Ibáñez y mi paladar se enriqueció con las Migas, el Gazpacho y la Paella. También aprendí a bailar el Pasodoble el Chotis y tirar de una cinta de piñata en Carnaval.
Fue tal el amor, admiración y respeto que sentía por ser español que cuando llegó la hora de pastar elegí las áridas tierras de mi querida Almería para mi júbilo. No pude resistirme a esa fuerza que obliga a los salmones volver a donde nacieron para morir.
Nosotros los emigrantes vivimos entre dos mundos. En el que nos acobijó cuando lo necesitamos y el que nos dio la vida. —Chris Tortosa, Alhama de Almería
De Campanario (Extremadura) a Detroit
Mi abuelo, Francisco Gallardo López, emigró a EEUU, desde Campanario (Extremadura) en 1920. Trabajó en la fábrica Ford de Detroit y allí murió en 1928 de un infarto, a los treinta y ocho años de edad. Hemos sabido muy poco de él hasta ahora, quizás porque tendemos a conservar más y mejor la memoria de los que tuvieron éxito. Sin embargo, considero que mi abuelo fue realmente un triunfador porque tuvo un sueño y se atrevió a realizarlo.
Los emigrantes, como él lo fue, tal vez no lo sepan pero hacen historia porque cambian el curso de las sociedades y del mundo…
No te olvides nunca del abuelo Patricio…
“Tu abuelo Patricio salió por primera vez de España a los 14 años. Necesitó la autorización por escrito de su padre para que lo dejaran salir del país. Y se marchó sin saber casi ni dónde iba…”
Esto me lo dijo mi padre cuando yo cumplí esa misma edad. —RAJL, Macotera, Salamanca.
Ellos construyeron mi lugar de trabajo y mucho mas…
Soy el Director del colegio “Sada y Sus Contornos”. Llevo la dirección de este centro pues, trece años. Estuve antes cinco años como jefe de estudios, y llevo 18 años destinado en este colegio.
El centro fue construído a instancias de los emigrantes de Sada en Estados Unidos, en Nueva York, concretamente. Crearon una asociación, la sociedad “Sada y sus contornos”, que nació en 1913, y a partir de ese momento se dedicaron a recaudar fondos para construir escuelas… Se inició la construcción en 1920, terminó sobre 1924, y las clases se iniciaron en septiembre de 1927. Hasta 1936 la escuela fue sostenida por los propios emigrantes; en 1936, con el levantamiento militar que hubo en España, las escuelas como ésta, de tipo laico, fueron incautadas por el gobierno, y dejaron de pertenecer a las sociedades que las crearon.
Antonio Fernández Pita fue uno de los fundadores de la “Sociedad Sada y sus Contornos” en Nueva York. Pasados unos años volvió a Sada. Formaba parte, en su momento, de la delegación en Sada, y en 1936 era el alcalde de Sada. [Tras el levantamiento militar de Julio de 1936] fue detenido, y fue fusilado posteriormente.
–Miguel Gayoso, Sada, A Coruña
De Santander salieron los Escalada Brothers…
Soy nieto de Leocadio Escalada, que a principios de 1880, con su hermano Manuel —Manuel y Leocadio de 13 y 16 años— van de su pueblo en Santander a Estados Unidos, porque tenían allí a un tío, hermano de su madre, mi bisabuela. Van con una carta que les da mi bisabuela y mi bisabuelo y llegan a Brownsville, Texas, donde aparentemente estaba el que era hermano de mi bisabuela. Están allí durante un tiempo y luego se establecen en Lochiel, Arizona, donde regentan una tienda que se llamaba Iberia. Pero finalmente se establecen en Nogales, Arizona, donde abren la primera tienda de Escalada Brothers. Les fue bastante bien.. –C. E., Aravaca, Madrid.
Una historia épica digna de Homero
Mi hermano y yo hemos heredado un mesón aquí en Trujillo, Cáceres, de nuestros bisabuelos Ysidra Fabián Solís y Diego Barquilla Barquilla. Habían emigrado a Hawái, y, más tarde, de Hawái a California. En 1921, con un hijo nacido en Hawái –nuestro abuelo, Plácido– volvieron a Extremadura y con el dinero que habían ahorrado, compraron este local: Mesón La Troya. –EBB, Trujillo, Cáceres
Nuestra abuela, de 99 años, aún recuerda las cajas que enviaba…
Nuestro tío-bisabuelo, Manuel Magaña Solanas, nació en Aranda de Moncayo (Aragón) y emigró muy joven a Argentina, Cuba y finalmente Estados Unidos, donde se estableció en Nueva York. En los años 20 era co-propietario, junto a José Mora, de una ferretería en la Quinta Avenida en el Harlem español. Fue uno de los fundadores y presidente del Club Obrero Español en apoyo a la República Española. Su ayuda a refugiados y víctimas de la Guerra Civil a través del Joint Antifascist Refugee Committee le costó la cárcel durante la caza de brujas de McCarthy, al negarse a hacer entrega de los libros del Comité donde aparecían nombres y direcciones de los contribuyentes a la causa, por temor a que dicha información cayera en manos de la dictadura franquista y tomaran represalias contra las familias en España. Tras la disolución del JARC en 1955, Magaña continuó ayudando a decenas de familias de presos políticos en España, enviando dinero y cajas de ropa. Nuestra abuela, de 99 años, aún recuerda las cajas que le enviaba su tío-abuelo. Entre otras cosas, con periódicos estadounidenses donde se hablaba de la dictadura franquista, de los cuales se deshacía rápidamente, por temor a que alguien los encontrara en su casa. –ACVP, CVP, Zaragoza
Esta casa se hizo con el dinero que mi padre se ahorró…
Me llamo Mario Eiras Soto y nací en enero de 1941. Estoy en mi casa de Villaselán,Ribadeo, provincia de Lugo, España. Y es mi casa en este momento, claro, pero esta casa se hizo con el dinero que mi padre se ahorró en los años que estuvo trabajando en La Florida. Concretamente, estuvo en Cayo Hueso, unos 18 meses, y unos siete ocho años en Tampa. Bueno, él contaba muchas cosas de Tampa, siempre…
Aún conservo el reloj de mi abuelo…
Mi abuelo MARCELINO TORAYA QUEVEDO (1889-1923) nació en el pueblo de La Cavada, Riotuerto ( Cantabria).
Por tradición familiar y de su entorno, viajó con 15 años a Barre, Vermont (USA) para trabajar en la industria de la piedra, donde los stonecutters de la comarca cántabra de Trasmiera eran muy demandados por su dominio de la cantería.
En 1909 obtuvo la ciudadanía estadounidense y se formó como ingeniero mecánico, trabajando en los ferrocarriles del estado.
De ese desempeño suyo conservo un reloj ferroviario de bolsillo grade RR, que todos los empleados estaban obligados a usar a raíz del grave accidente de 1891.
Murió joven, a los 34 años, tras pasar más de la mitad de su vida trabajando y contribuyendo a la prosperidad de Vermont.
Siento una gran admiración y orgullo por su proyecto de vida y el de aquellos otros que tuvieron una trayectoria vital semejante. —Carmen Toraya, Santander
Se fueron cuatro…
Cuatro de los hijos de mi abuela Vicenta emigraron a América: uno a Cuba, y tres a Estados Unidos, a Virginia Occidental concretamente, a trabajar en una fábrica de zinc muy similar a la que tenemos aquí en Arnao, y donde trabajaba otro hijo de Vicenta, el que se había quedado en Piedras Blancas, Julio. Son muchas las familias de por aquí con historias parecidas…” –LFP, Piedras Blancas
Una de las mejores decisiones que tomé…
Siempre he sabido que teníamos parientes en Estados Unidos, en Tampa, Florida. Gente de mi familia materna, de aquí, de Grado —de aquí salieron muchos. Dos tíos de mi madre, Pepe y Manolo vivieron muchos años allí. Pero el contacto entre las familias se iba diluyendo con el paso de los años. Hasta que un día, hace tres o cuatro años, leí un artículo en La Nueva España anunciando la presentación del libro “Invisible Immigrants” en Oviedo. Decía que iba a estar presente en el acto Anthony Carreño, primo del ex-gobernador de Florida, Bobby Martínez. Sabía que podría ser familia, y por eso fui. Gracias a ese encuentro con Tony, se han reanudado y se han estrechado los lazos que unen nuestras familias desde hace un siglo. Ir esa noche ha sido una de las mejores decisiones que tomé , si no hubiera ido seguiríamos sin conocernos…
–Rosa Pérez Bernardo, Grado, Asturias
Ensamblando un puzzle juntos
“Con Cathy Varón empezó todo. Ella contactó con la familia de mi marido, con orígenes en Cuero (Candamo).
En la presentación de “Un legado de humo”, en Oviedo conocimos a Tony Carreño. Poco tiempo después hablé de la película a la gente de Candamo para que se proyectara allí. Mi familia paterna es de ese concejo y yo sabía que mi abuela tenía hermanos que habían ido de Cuba a Tampa.
Parecía que estábamos ensamblando un puzzle. Indagando en Censos y en archivos encontré a María García en las redes sociales, nieta de Modesto, el primo de mi padre que nunca había conocido y que había sido gerente de Cafés Bustelo, la marca más vendida en Florida.
Más tarde Noni Koger contacto conmigo para buscar a su familia de Candamo. La encontramos. Y el papel que tengo en mi mano es el árbol genealógico de Baldomero López, hijo de otro candamino de San Tirso, que gracias a Laura Goyanes, pude contactar con sus descendientes para recomponer su historia y así ayudar a otro proyecto futuro.
Hemos tejido una red y hemos encajado piezas gracias al trabajo de James Fernández y Luis Argeo. A partir de enero, en el Centro Cultural Conde Duque en Madrid podremos seguir tejiendo historias…”
–Esther Martínez Álvarez, Santullano, Asturias.
Entre oscenses en Nueva York
“Hace ocho años, cuando llegué a vivir a Nueva York, empecé a seguir la pista de un payaso aragonés, Marcelino Orbés, que había emigrado a la Gran Manzana en 1905. Charlie Chaplin le consideraba un maestro y Buster Keaton dijo de él que fue el mejor payaso que vio nunca. Conoció el éxito pero su vida tuvo un final trágico. En noviembre de 1927, Marcelino se suicidó en un hotel de Broadway. Como muchos emigrantes, nunca volvió a España y está enterrado a 6.000 kilómetros de distancia de su lugar de nacimiento. ¿Cuántas vidas más esperan ser rescatadas de entre las bambalinas de la memoria?”
-Víctor Casanova Abós, oscense.
Graciano, Carmen y Alice
Graciano Arribí Piñon, era de Cedeira ( A Coruña) y, como muchos de la costa gallega decidió embarcarse para ir a América. Fue con dos de sus hermanos Manuel y Ricardo y quizás también con su padre. No sabemos cómo fueron sus días a la llegada, tal vez encontraron el apoyo de otros paisanos.
Graciano viajaba a menudo a Cuba, allí, en la Habana, conoció a Carmen Veiga Varela , natural de Gayoso (Lugo). Marcharon juntos a Nueva York y se casaron. En la foto posan con elegancia y con decisión. Con esa fuerza que tienen los hombres y mujeres que se embarcan y se deciden a “saltar el charco” para mejorar su vida.
Se instalaron en la calle 68, cerca del hospital Sloan Kettering. Graciano había montado un negocio que se llamaba United Camara Corporation, en la Chambers street. Gran parte de las ganancias se invirtieron en una yeguada que tenía con su hermano Manuel en Pleasant Point en New Jersey, era fructífera porque en aquel momento todo el transporte se hacía con ganadería. También hizo una buena inversión en acciones.
Tuvieron varios hijos pero les murieron de difteria y de otras enfermedades infecciosas, después nació Alice, mi madre.
Su vida era magnífica, eran los felices 20. Era un mundo próspero, era la tierra de promisión. Alice pasaba los inviernos en Catskills, el verano en Maine y su curso escolar en el Hunter College, centro de élite de la ciudad. La niña Alice tomaba helados, también nubes de algodón que compraban en Chinatown e iban a las atracciones a Coney Island.
Llegó el crack y Graciano perdió su dinero invertido. Se enfermó y durante años no levantó cabeza. Su hija Alice pasaba largas temporadas en el campo con los primos, hijos de Manuel, en la finca de Pleasant Point.
Graciano falleció, y la familia decidió embalsamar su cuerpo para mandarlo a España, pero no pudo ser porque estalló la guerra civil. Tenemos una segunda y última foto de Graciano. Una foto rodeado de flores y de familia, tumbado en el ataúd para hacer su viaje a Galicia. Ese viaje que no pudo hacer, por la maldita guerra. Hoy está enterrado en el cementerio de Mount Olivet, en Queens, NY. Los amigos de “Spanish Immigrants in the US” me ayudaron a encontrar su tumba.
La viuda e hija continuaron con sus vidas. Alice con sus estudios y Carmen participando en Comité de apoyo a la España republicana. Su hija Alice conoció a muchos exiliados españoles: el abogado de la familia, su profesor de español, que era general republicano… Y llegó la segunda guerra mundial y aquellos primos con los que Alice pasaba temporadas en el campo son alistados. La guerra vuelve a tocar a la familia, sus primos vuelven afectados por el horror vivido.
Carmen cae enferma. Desea volver a la aldea, morir en casa. Regresa a Galicia con la joven Alice después de cuarenta años. Se encuentran una Galicia de los años cincuenta con un mundo triste, analfabeto y acobardado.
Carmen fallece y antes le ruega a su hija que se quede con la familia de la aldea.
Alice con diecisiete años empieza otra vida de lucha y de supervivencia. Pero eso ya es otra historia. –Carmen García-Rodeja Arribí, A Coruña
Manny Zapata me dio a conocer el portal de Ellis Island…
Yo nací en Mera, un pueblo marinero de la bahia de A Coruña. Aquí la emigracion siempre fué considerada como una bendición; las familias vinculadas a la emigración, que por otro lado eran la mayor parte, vivian mas desahogadamente. Mi vínculo con la emigración viene de ahi y de haber vivido en América años muy importantes de mi vida.
Mi trabajo como investigador comenzó cuando Manny Zapata me dio a conocer el portal de Ellis Island, que fué una gran revelacion para mi y me llevo a querer investigar mas a fondo sobre la vida de estos emigrantes inmortalizados en los manifestos de los barcos de pasaje.
El complemento a esta investigacion documental es la involucración de las familias gracias a la labor que está haciendo el proyecto de Invisible Immigrants. Espero acercarme a la exposición en enero… –José García
….y seguirá…